viernes, 11 de marzo de 2016

JUANA GALLEGO COCO


JUANA GALLEGO COCO


En el librito publicado por Juan Carlos Molano Gragera con el título “Tres claveles segados” encontramos otro personaje que recordamos en nuestro blog y páginas con esta transcripción de su contenido:

Juana Gallego Coco, nacida en Montijo en el año 1910, hija de Genaro Gallego Denueda y de Juana Coco Aparicio, vivían en la calle Méndez Núñez en la esquina con la calle López de Ayala, calle que sería derribada siendo alcalde Francisco Rodríguez Cavero para ensanchar la calle. De los siete hijos que tuvieron sus padres sólo vivieron tres: Francisco, Juana, nuestro personaje,  y Fernanda.


Juana contrae matrimonio con Tomás Lara, trabajador agrícola, vivieron en la Calle López de Ayala esquina con Hernán Cortés, donde también vivían Pedro Facundo y Micaela Serrano.
Juana la describen como  “alta, gordita, muy buena moza, de talante abierto, dotada para la lucha social, insumisa” que trabajaba por horas como limpiadora doméstica dado que su esposo estaba en paro casi siempre.

Entre sus amigas destacaba Juana, hermana de Joaquina Charro.
Juana Gallego Coco fue una de las fundadoras de la Sociedad Obrara femenina de Montijo, creada dentro de la Casa del Pueblo para defensa de los derechos de las trabajadoras (empleadas de hogar, modistillas, lavanderas, dependientas…). Fue una destacada militante de izquierda durante la República y  muy activa.

Cuando el Comité Revolucionario de Montijo, presidido por el farmacéutico Santiago Cea, encarceló a cincuenta y seis personas de derecha en el Convento de las Clarisas en julio de 1936, Antonio Rodríguez Bautista, que la conocía mucho pues trabajó en su casa, le rogó visitar a su padre encarcelado y le llevara mensajes de la familia cosa que hizo varias veces.

Tras tomar el pueblo la columna militar de Juan Yagüe, el 13 de agosto de 1936, las autoridades franquistas comenzaron a detener a hombres y mujeres que se habían significados de la izquierda.
Juana sabiendo que podía ser uno de los objetivo trató de pasar desapercibidas saliendo lo menos posible de casa…y en aquellos días a las “rojas” más destacadas las castigaron a fregar el Ayuntamiento, el cuartel de Falange (que estaba en el Círculo de Artesanos), el convento de las monjas…todo los centros oficiales, sin pagarles nada. De vez en cuando las llevaban de “paseo” al atardecer y después de hacerle ingerir aceite de ricino, las pelaban como escarmiento público. Todo esto lo sufrieron Juana Gallego Coco, Inés Barragán, María Pino Gómez, Joaquina Charro…

Un día la denunciaron y la encarcelaron. Fue fusilada en la madrugada del 18 de noviembre de 1936. Poco tiempo después murió su hijo pequeño. Su esposo Tomás Lara, falto de recursos económicos para poder pagar el alquiler  de la casa se fue a vivir a los chozos de Los Charcos (zona del Valle por donde está ahora el campo del fútbol del Valle)

Imagen:
Tomada del libro citado en la fuente. Retocada y enmarcada por Manuel Cuerpo Rocha.
Fuente:

Juan Carlos Molano Gragera(2003): “Tres claveles segados”

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