VALENTÍN DÍAZ GÓMEZ

VALENTÍN DÍAZ GÓMEZ

Imagen tratada "a la acuarela" (retocada, enmarcada, ajustada) por Manuel Cuerpo Rocha

Nació en Montijo, el día 2 de febrero de 1.927, hijo de Vicente Díaz y de Petra Gómez.
Fueron hermanos de Valentín, Juan que era el mayor, Francisca, Piedad, Juana y Manola.

Valentin contrae matrimonio con Rosa Rodríguez y vivieron en la Calle Almagro. 19.
Tuvieron tres hijos, Vicente, Teresa y  Juan José.

Valentín tiene una "niñez difícil" como toda la infancia de aquellos años en lo referente a la escolaridad. Su infancia la vive en los años previos a la República -1930- , donde el abandono, el desorden, y la mala dotación presupuestaria y de infraestructura era lo dominante en la escolaridad de la localidad.

Las escuelas eran unitarias y ubicadas en locales dispersos por el pueblo, en lugares y condiciones muy dispares. Con la llegada de la II República se construirían el Grupo Escolar “Giner de los Ríos” (que después serían las escuelas del atrio, que se conocerían como Padre Manjón) y el Grupo Escolar “14 de abril” (escuelas de “las eras” que todavía existen)…pero las mejoras que introduce la II República iban a cambiar el panorama escolar durarían poco con todo lo que supondrá el conflicto de la Guerra Civil. En esta época Valentín apenas tiene 9 años.

Como muchos niños y niñas de aquellos años asistieron a las escuelas privadas. Valentín asistirá a las clases de Dolores Zúñigas, que estaban ubicadas por la zona de Jesús y como la mayoría de los niños de la época tuvo que abandonar muy pronto para trabajar.

Valentín trabajó como cabrero cuidando un rebaño de cabras por el pueblo. Más tarde como obrero de la construcción que tendría que abandonar por problemas de salud ya que cae enfermo. También estuvo un tiempo vendiendo por la calle, los “ricos molletes” que así pregonaban…hasta que se dedica al oficio de “aguador”.

En muchos pueblos de nuestra geografía el aguador, la persona que vendía  y distribuía agua entre la población era muy común. Fue una ocupación muy popular, cuando el suministro de agua corriente no estaba generalizado.

Su servicio consistía en llevar el agua potable a las casas, guiaban recuas de dos, tres o un único burro como era el caso de Valentín, provistos de serones o angarillas con media docena de cántaros hasta los soportales, patios o zaguanes de las viviendas donde llenaban las tinajas, pilas o cacharros que allí guardaban los vecinos. Valentín suministraba el agua del Pozo del Valle y solía cobrarse una peseta por cántaro.

Imagen tratada, retocada, coloreada por Manuel Cuerpo Rocha (de original cedida por Vicente, hijo de Valentín):

En la imagen aparece Valentín llenando los cántaros de agua. Había una avería esos días en el Pozo del Valle, el aguador aparece tapado con una manta ya que se mojaba al llenarlo. El suelo estaba encharcado...                                                       

En esta actividad su hijo Vicente, que hoy tiene una taller de ruedas de repuesto en la Calle Torre Águila, ayudó en más de una ocasión a su padre a llenar los cántaros.

El Ayuntamiento de Montijo, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, ha recuperado el tradicional Pozo del Valle, limpiándolo, pintándolo y dotándolo de papeleras y de un banco donde los vecinos podrán sentarse. Ha instalado un "tablón" informativo cuyo contenido es el siguiente:

Con motivo de estas circunstancias y en homenaje a todas aquellas antiguas profesiones, que por un motivo u otro han ido desapareciendo hoy traemos a nuestro blog la figura de una persona entrañable que muchos conocimos y tratamos...nos referimos a Valentín Díaz Gómez, el último "aguador" en Montijo.

En aquellos años el servicio agua no estaba instalado en la localidad de forma generalizada. La mayoría de las viviendas tenían sus pozos. El agua de pozo era muy caliza. Recuerdo cuando ser hervía como se impregnaba de cal los recipientes...Y el agua del Pozo del Valle era posiblemente la de mayor calidad.

Hubo también otras personas que también se dedicaron el servicio de aguador como Pedro Gragera "El comino", " Lorenzo,  aguador de la calle Badajoz, un tal Jacinto...a todos ellos nuestro reconocimiento por sus servicios.

Entre todos, quizás Valentín estuvo más tiempo y fue más popular. Prestaba un gran servicio y era muy estimado por sus vecinos. Un hombre muy trabajador, muy emprendedor y una gran persona, muy prudente y atento en su trabajo.

Valentín murió hace cuatro años (D.E.P.) y con todo el cariño y respeto lo subimos a nuestro blog por considerarlo un personaje local y una buena persona.