JUANA GALLEGO COCO
En el librito publicado por Juan
Carlos Molano Gragera con el título “Tres
claveles segados” encontramos otro personaje que recordamos en nuestro blog y
páginas con esta transcripción de su contenido:
Juana Gallego Coco, nacida en
Montijo en el año 1910, hija de Genaro Gallego Denueda y de Juana Coco
Aparicio, vivían en la calle Méndez Núñez en la esquina con la calle López de
Ayala, calle que sería derribada siendo alcalde Francisco Rodríguez Cavero para
ensanchar la calle. De los siete hijos que tuvieron sus padres sólo vivieron
tres: Francisco, Juana, nuestro personaje,
y Fernanda.
Juana contrae matrimonio con Tomás
Lara, trabajador agrícola, vivieron en la Calle López de Ayala esquina con
Hernán Cortés, donde también vivían Pedro Facundo y Micaela Serrano.
Juana la describen como “alta, gordita, muy buena moza, de talante
abierto, dotada para la lucha social, insumisa” que trabajaba por horas
como limpiadora doméstica dado que su esposo estaba en paro casi siempre.
Entre sus amigas destacaba Juana,
hermana de Joaquina Charro.
Juana Gallego Coco fue una de las
fundadoras de la Sociedad Obrara femenina de Montijo, creada dentro de la Casa
del Pueblo para defensa de los derechos de las trabajadoras (empleadas de
hogar, modistillas, lavanderas, dependientas…). Fue una destacada militante de
izquierda durante la República y muy
activa.
Cuando el Comité Revolucionario
de Montijo, presidido por el farmacéutico Santiago Cea, encarceló a cincuenta y
seis personas de derecha en el Convento de las Clarisas en julio de 1936,
Antonio Rodríguez Bautista, que la conocía mucho pues trabajó en su casa, le
rogó visitar a su padre encarcelado y le llevara mensajes de la familia cosa
que hizo varias veces.
Tras tomar el pueblo la columna
militar de Juan Yagüe, el 13 de agosto de 1936, las autoridades franquistas
comenzaron a detener a hombres y mujeres que se habían significados de la
izquierda.
Juana sabiendo que podía ser uno
de los objetivo trató de pasar desapercibidas saliendo lo menos posible de casa…y
en aquellos días a las “rojas” más destacadas las castigaron a fregar el
Ayuntamiento, el cuartel de Falange (que estaba en el Círculo de Artesanos), el
convento de las monjas…todo los centros oficiales, sin pagarles nada. De vez en
cuando las llevaban de “paseo” al atardecer y después de hacerle ingerir aceite
de ricino, las pelaban como escarmiento público. Todo esto lo sufrieron Juana Gallego
Coco, Inés Barragán, María Pino Gómez, Joaquina Charro…
Un día la denunciaron y la
encarcelaron. Fue fusilada en la madrugada del 18 de noviembre de 1936. Poco
tiempo después murió su hijo pequeño. Su esposo Tomás Lara, falto de recursos
económicos para poder pagar el alquiler
de la casa se fue a vivir a los chozos de Los Charcos (zona del Valle por donde está ahora el campo del fútbol del Valle)
Imagen:
Tomada del libro citado en la
fuente. Retocada y enmarcada por Manuel Cuerpo Rocha.
Fuente:
Juan Carlos Molano Gragera(2003):
“Tres claveles segados”
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