Sacerdote.
Imagen retocada, enmarcada por Manuel Cuerpo Rocha. Imagen tomada de la fuente que que enlazamos en este link Fuente imagen. |
Nace en San Pedro de Mérida, el 25 de noviembre de 1940, siendo el mayor de 5 hermanos. Su padre, Lorenzo, natural de San Pedro, era obrero y su madre Trinidad, de Montánchez, dedicada a sus labores.
Su infancia la vive en el campo
con su familia, su padre era guarda de una finca. Estas circunstancias hacen
que entre en contacto con la naturaleza y aprenda a conocer las plantas, los
árboles, los pájaros…Su primer maestro fue su padre que le enseña lo que se
conocía como “las cuatro reglas”: sumar, restar, multiplicar y dividir.
Su madre, su primera catequista
que se preocupa de despertar en él sus creencias religiosas: “Ella se hacía de
una hoja, “El buen amigo”, que traía el evangelio del domingo, cuentos
relacionados con la religión y las costumbres y nos lo explicaba”.
Son estos ocho primeros años que
recuerda con cariño y que califica como maravilloso los que van dando cimiento
y base a esa gran formación como persona que posee nuestro protagonista:
“Dejo el campo y a los nueve años
comienzo a ir a la escuela. Mis amigos son mis vecinos y los compañeros de mi
escuela. Los juegos, los habituales de entonces: los bolindres, el repión, la
entera, el pincho, el aro... cada uno de ellos tenían su época y todos tenían
sus reglas, que había que cumplir, si no querías quedar como tramposo; por
supuesto, todos se desarrollaban en la
calle. En verano, nos íbamos en pandilla a bañarnos al Guadiana, que cae cerca
del pueblo”.
San Pedro de Mérida, pueblo natal de nuestro protagonista. Si haces clic en el link que enlaza el nombre de la localidad podrás visitarlo. |
Pero recordando aquel viejo
refrán de fortuna, que dice “el hombre propone y Dios dispone” viene a
cumplirse y un buen día – según él mismo cuenta en la entrevista cuya fuente se
cita – “Dios nos lleva por donde quiere
de mil maneras. En mi caso fue que un día hacía falta un monaguillo para una
novena y ,a mi, que estaba jugando a la puerta de la iglesia con otros
compañeros, me pidieron que lo supliera, lo hice y me enganché. Pasado un
cierto tiempo el párroco me preguntó si me gustaría irme al seminario y le dije
que sí ”.
Andrés, recuerda (y eso me
produce satisfacción) a su maestro, D. Celso- Jesús García Santamera que le
prepara para el examen de ingreso que aprobará (curso 1953-1954) e ingresará en
el Seminario de San Antón en el curso 1954-55.
En la comunidad educativa del
Seminario de San Antón de Badajoz, ingresaban muchos chicos de distintas
procedencias y hacían allí sus estudios de bachillerato recibiendo una gran
formación intelectual y humana. No todos terminaban como sacerdotes…pero en
honor de la verdad he conocido bastantes, algunos amigos, que adquirieron una
preparación envidiable.
Allí coincidirá con otro
entrañable sacerdote que dejó huellas en nuestra localidad, su paisano, Emilio
Sánchez Saavedra (D.E.P.).
Posiblemente, como cuenta nuestro
protagonista es en el seminario donde consolida su vocación sacerdotal, según
él nos cuenta:
“Cuando ayudé de monaguillo, creo
que fue en la novena al Corazón de Jesús, quedé encandilado, pero la vocación
se fue consolidando en el seminario, a medida en que fui madurando. Se dice que
la vocación no se consolida hasta el mismo momento en que el obispo pronuncia
tu nombre a la hora de ordenarte y tú le
das el “Si”.
Tras realizar sus estudios el día
26 de marzo de 1966 es ordenado sacerdote, junto a diecinueve condiscípulos,
por el Sr. Obispo, D. Doroteo Fernández y Fernández.
Cantó su primera misa en su
pueblo natal, San Pedro de Mérida, el mismo día de S. Pedro, el 29 de junio de
1966.
Su primer destino, el 11 de
octubre de 1966, fue Oliva de la
Frontera, como coadjutor de la Parroquia de San Marcos Evangelista. En esta
localidad ejerció durante catorce años.
En el año 1980 es nombrado párroco,
de la parroquia de Ntra. Sra. De la Asunción de Lobón. Cuenta que en Lobón “me
identifiqué tanto con él que, después de estar aquí en Montijo, me seguían
llamando el cura de Lobón”.
En su currículo como
sacerdote durante seis años llevó, junto
con Lobón, la Parroquia de Barbaño y de los dieciséis de Gaudajira, etapa que
recuerda con mucho cariño y así lo expresa:
“dos pueblos
también muy queridos por mí. Cada uno con sus características propias.
Tanto en Lobón, como en Barbaño y Guadajira, siguiendo la línea de mis
antecesores, busqué siempre el cuidado del templo de piedra y el de ese otro
templo de piedras vivas, que es la comunidad cristiana”.
De su etapa en Lobón hay que
señalar, entre sus numerosas actividades como sacerdote, su implicación en La Pasión viviente que tanto éxito sigue
teniendo en nuestra vecina localidad.
Según cuenta en la entrevista que
seguimos como referencia:
“Surgió con la única intención de
que el pueblo viviese de cerca el camino de Jesús desde su condena a muerte
hasta la cruz. La primera representación fue en la Semana Santa de 1985.
Comenzamos con un grupo de jóvenes, que poco a poco se han ido superando. No
fue solo cosa mía, fue también de las señoritas de Hogar de Nazaret: Emilia y
Lola, sin ellas hubiera sido casi imposible llevar a cabo tal obra. La verdad
es que lleva mucho trabajo: los ensayos, confeccionar los traje de Jesús y los
apóstoles, de los sacerdotes y el pueblo... preparar los escenarios”.
D. Andrés Romero Sánchez, llegó a
Montijo el 25 de septiembre de 1.999,para compartir el cargo de Párroco de la
parroquia de S. Pedro Apóstol de Montijo
con supaisano D. Emilio Sánchez Saavedra, D.E.P.
D. Andrés Romero Sánchez y D. Pedro Gómez Serrano forman en la actualidad el equipo sacerdotal de la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol. |
Montijo desde su llegada ha
sentido por D. Andrés un sentimiento sincero de cariño, ha visto en este
sacerdote, en nuestro querido párroco de la Iglesia Parroquial de San Pedro, un
hombre sencillo, un hombre entrañable y bueno…cercano, abierto, un buen
sacerdote y una extraordinaria persona en el más amplio sentido de la palabra.
Respetado y querido por todos.
En este año 2016, ha celebrado
sus 50 años de su ordenación sacerdotal y por consiguiente cuenta con una larga
experiencia,una ejemplar y excelente labor de la que así lo testifican en todos
aquellos lugares que han tenido la suerte de contar con él.
En las Vegas Bajas cariñosamente
como Don Andrés, el cura de Lobón…pero yo deseo verlo como nuestro párroco de
San Pedro muchísimos años entre nosotros. Seguros que todos ganaremos con él.
Con todo el respeto y con
muchísimo cariño, he querido hacer la entrada en RETAZOS BIBLIOGRÁFICOS DE
PERSONAJES DE MONTIJO con este sacerdote ejemplar.
Y al mismo tiempo dar las gracias
a Don Andrés Romero Sánchez y a su compañero el sacerdote D. Pedro Gómez Serrano
(que llegó a Montijo como tal procedente de La Albuera en el año 2005 y es
natural de Mérida) y que junto forma equipo sacerdotal de la Iglesia Parroquial
de San Pedro por toda su entrega y dedicación en nuestra parroquia y en nuestra
localidad.
José Andrés Verdejo Márquez
ResponderEliminarGran sacerdote y gran persona.
Julio Dávila Álvarez
Julio Davila Alvarez Como lobonero que soy reconozco su labor como sacerdote en nuestro pueblo donde hace ya muchos años tuve el honor de ayudarlo en misa como monaguillo. Una gran persona. Hace muchos años que vivo en Montijo y me alegró mucho su llegada desde Lobon, además al poco tiempo empezamos a ser vecinos y no hay día que al cruzarme con él no me pregunte por mis padres con los que me consta se tienen una recíproca estima.
Marina Regalado Pinilla
Buena persona, discreto y humilde
Antonio Mendoza García
Antonio Mendoza García Buenas tardes Andrés, hoy he podido leer en Facebook, aunque no soy amigo de introducirme en esas pantallas públicas, de que has pasado a formar parte de los personajes que han dejado huella en esa gran localidad de nuestra Extremadura, llamada Montijo. Esta noticia me ha llenado de una gran alegría y por ello te felicito. Tú lo mereces por tu humildad y buena persona. !Muchas Felicidades!. Un abrazo.
Andrés Romero Sánchez
Muchas gracias, Antonio, es que los feligreses son demasiado benévolos con sus sacerdotes. Un abrazo.
Andrés Romero Sánchez
Andrés Romero Sánchez Gracias, julio. por tu amable comentario. El otro día tuve la alegría de saludar a tus padres junto con tus hermanas: Chiqui, Esther, y Alicia. A chiqui hacía un montón de tiempo que no la veía.
Andrés Romero Sánchez.
ResponderEliminarMuchas gracias, Manuel. como comentaba con alguno de los que ha leído tu artículo, sois demasiado benévolos con las sacerdotes. Un abrazo.
Manuel Cuerpo Rocha
Manuel Cuerpo Rocha "Al César, lo que es del César". Creemos que eres buen sacerdote y así todos lo reconocen y aprecia. Gracias.
Rosa Gragera Barroso Gran sacerdote y una persona con gran corazón es un regalo del Señor
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